En pleno día mundial del medio ambiente, un centenar de jóvenes de por lo menos seis instituciones educativas de nivel superior fueron ejemplo de civismo en Campeche al marchar por las principales calles de la capital para exigirle a las autoridades de todos los ámbitos que dicten políticas públicas, leyes y reglamentos que garanticen el derecho de las personas a tener un medio ambiente sano.
Encabezados por el presidente del grupo juvenil Benito Juárez, Francisco Vázquez Ireta, al final de la marcha entregaron un pliego petitorio en las oficinas del gobernador, del alcalde y del Congreso del Estado con 26 sugerencias de las medidas que se pueden tomar para cuidar el medio ambiente, algunas de las cuales fueron retomadas de sugerencias internacionales de la Organización de Salud, como tener de 9 a 16 metros cuadrados de área verde por persona, y otras son resultado de lo que sucede en otras partes como eliminar de las universidades el uso de los desechables, que se prohíban las bolsas de plástico en los supermercados y prohibir el unicel en los restaurantes.
También propusieron que las nuevas reglas de construcción contemplen que las viviendas tengan un árbol, que se implemente un manejo integral de la basura, que haya reciclaje, que se brinde educación ambiental en todos los niveles educativos, que los gobiernos utilicen vehículos eléctricos, y materiales reciclados en sus oficinas.
De igual manera propusieron que se eleven las multas para los taladores de la selva campechana, que se cancelen los permisos para explotación de recursos maderables, que se implementen programas de reforestación, que se mejore el transporte público, que se utilicen otros combustibles no fósiles, y que antes de iniciar los trabajos del tren maya que se realicen los estudios de impacto ambiental.
Antes de iniciar la marcha, Vázquez Ireta, expresó que miles de hectáreas de la selva campechana se pierden cada año, miles de árboles quedan vencidos en el territorio, arrancados por enormes cadenas, jaladas por poderosas maquinarías; las especies animales pierden su hábitat; las abejas, a quienes se les atribuye la conservación de la vida, mueren envenenadas por químicos que son esparcidos en los cultivos; la bahía de Campeche recibe basura y aguas pluviales sin tratamiento alguno; las lluvias se han vuelto atípicas, escasean o abundan.
La temperatura se incrementa, nos asfixia el calor, el cambio climático ya deja sentir sus efectos, la naturaleza nos pide ayuda, grita que dejemos de dañar al planeta, pero la mayoría ignoramos sus lamentos, pensamos que somos ajenos a una catástrofe, sin darnos cuenta que ya la estamos viviendo, y lo hacemos con indiferencia.
Vázquez Ireta puntualizó que quieren que a partir de estas propuestas las autoridades elaboren, en sus respectivos ámbitos de poder, reglas, leyes y ordenamientos que protejan al medio ambiente; que dicten políticas públicas para evitar que se siga destruyendo la vida, que se instrumenten sanciones severas para los que desprecian el medio ambiente y destruyen nuestra casa común, el planeta.