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Madres sin hijos o hijos sin madre

porMarco

May 9, 2022

Por: José J. Núñez P.
Ya estamos a unas horas del “día de las madres”, la mayoría se prepara para el gran festejo, el día que todos los mexicanos recordamos que tenemos una madre, sin importar que ella sea nuestra madre, el ser que nos dio la vida y que tiene que esperar 364 días para que sus hijos recuerden que existe, que está presente, que no se ha ido y que los espera con los brazos abiertos.
Y los recibe con ese mismo cariño y ese sincero amor, aunque sea enero, o marzo, o julio, u octubre, no importa el mes, ese ser que nos dio la vida esta siempre ahí, para cuando la necesitemos, para cuando queramos volver a ver en sus ojos ese amor y ese orgullo con que nos ha visto siempre.
Y sí, faltan unas horas para el gran festejo, durante el cual, y no me cabe la menor duda, los políticos, que nunca han tenido madre, se van a esmerar por quedar bien con todos, se van a portar a toda madre para que la gente los tenga presentes.
Lo mismo el señor ese que se siente rey, ya que vive en un palacio, que la “bufona” de su corte de lambiscones, que habita una oficina a un lado de él, siempre lista y dispuesta para salir a rendirle pleitesía, para hacerlo sentir bien, para provocarle gusto y satisfacción de ver a sus lacayos.
Y esa señora, que tampoco tiene progenitora, y que jamás ha sabido ser una, con toda seguridad se aventara un discurso y ofrecerá algo gratis para las madres de la ciudad, aunque ella valga lo mismo.
Y no, no voy ahondar con estos abortos de las cloacas, como dije al principio, se acerca el día de las madres y estoy convencido de que nadie, o casi nadie, volteará a ver a esas mujeres, que siendo madres por naturaleza y de corazón, siguen buscando a sus hijas e hijos desparecidos.
Esas madres que no tendrán quién las consuele de su pérdida, que nadie voltea a verlas ni les presta atención a sus súplicas y a sus ruegos, que incluso, son vistas como una molestia, como una postemilla que les hace ver su incapacidad, su indiferencia y su falta de madre a los funcionarios.
Y esas madres, que buscan a sus hijas e hijos, no podrán disfrutar de un merecido festejo, no tendrán el consuelo de saber lo que ha sucedido con el fruto de sus entrañas, y su dolor, y su angustia y su desesperación, son nada, no merece la pena que volteen a verlas.
Y lo que es peor, los hijos de esas mujeres desaparecidas, esos niños y niñas que se han quedado esperando a esa señora a la que amaban y llamaban “mamá”, esa señora que los arreglaba para ir a la escuela, que los aconsejaba y que los llevaba hasta las puertas del colegio, en donde más tarde regresaría a recogerlos para llevarlos a su hogar.
Y ya no sé que es peor, si “madres sin hijos e hijas” o “hijos e hijas sin madre”, ambos son seres humanos que destilan dolor, angustia, desesperación, frustración y desesperanza, mientras que las autoridades, las responsables de brindarles un poco de consuelo, no hacen su trabajo, no cumplen con sus obligaciones, no se esfuerzan por desquitar el salario que perciben.
Sí, mañana es el día de las madres, en un país que vale madre, con un gobierno y mandatarios, que no tienen, con poderes en ambas cámaras que sirven para pura madre.
Y es que, tal parece que los diputados y senadores son de probeta o restos de abortos de algún hospital, ya que en lugar de andar con sus jaladas de que son traidores a la patria, o de que no jalan parejo, o que, si el presidente los empina o no, deberían trabajar en buscar soluciones para el gran problema de las y los desaparecidos del país.
Ah, pero me cai de madre que mañana, todos los twitters de los políticos, van a estar llenos de felicitaciones, de enhorabuenas y de remembranzas hacia sus supuestas madres, olvidándose, como siempre, que las mujeres del país están llorando por la herida que les causo una inseguridad que han sido incapaces de contener y de remediar.
Estamos a unas horas de irnos a festejar, de ir a comprar flores, chocolates, suéteres, zapatillas de descanso, barbacoa, carnitas, en fin, todo lo que a lo largo de estos cinco meses no hemos sido capaces de hacerlo por lo menos una vez por mes.
Y aún así, no seremos capaces de ver a esas señoras que siguen en la constante búsqueda de sus seres queridos, de sus hijos, de sus hijas, tratando de consolar a sus nietos, buscando palabras con las cuales explicarles que en este país es una maldición ser mujer, ya que todo el mundo se ensaña con ellas, las menosprecian en los ministerios públicos, las minimizan en los juzgados y las desaparecen o las matan con total impunidad.
Mi madre, me enseñó desde muy pequeño, a querer y respetar a la mujer, algo que en las últimas generaciones se ha perdido, algo que los machos no entienden, que los traumados, inseguros y celosos, no alcanzan a comprender.
Y es precisamente, esa enseñanza, la que recibí de mi madre, la que me hace pensar en todas esas mujeres que el día de mañana, tendrán un festejo, las que lo tengan por sus otros hijos, en el que el dolor y el sufrimiento, serán el sentimiento que las acompañé durante todo el día.
Mañana, muchos niños, tendrán que entregar sus felicitaciones, sus besos, sus caricias, su ternura, a la abuela, ya que su madre, está desaparecida, o fue víctima de un estúpido que le quitó la vida por tener mierda en el cerebro.
Y será mañana, el día de las madres, cuando se recrudezca ese sentimiento que acompañará a las madres que no encuentran a sus hijas, o a los hijos e hijas, que no encuentran a sus madres.
Y aunque sea parte de la vida, aunque resulte algo que no está en nuestras manos solucionar o evitar, no por eso debe ser algo que se acepte, que sea natural, algo que no duela, que no lastime, que no nos haga reflexionar sobre lo mal que estamos como sociedad.
¿Y tú… crees que los funcionarios tienen algo que festejar?