• Esta tradición se celebra en diferentes regiones del país. En Michoacán, por ejemplo, los purépechas honran “la otra vida” que continúa después de la partida física.

La cocina mexicana es una de las únicas cuatro en el mundo que ha sido reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. El título le fue otorgado en 2010, sin embargo, desde hace siglos la comida ha servido como una expresión de la identidad, cultura y riqueza del país.

La chef Diana López del Río, socia fundadora del restaurante Mux, trabaja para preservar esta riqueza cultural. Este sitio, cuyo nombre significa “punto sagrado” en mam, un idioma derivado del maya, tiene la misión de registrar los conocimientos culinarios para garantizar que permanezcan vivos, no para añorar lo que fue, sino para sostener y salvaguardar con esmero la tradición y los recursos que nutren a la gastronomía mexicana.

La chef suele viajar a diversos lugares en la República Mexicana para aprender de las cocineras y los cocineros tradicionales. Durante sus expediciones —como ella llama a estos viajes— se empeña en entender y aprender desde dónde se genera ese contenido social y tradicional que se refleja en la comida. De esa forma crea un registro de la cocina tradicional viva.

La noche de las ánimas

En Mux, además de su labor culinaria, se honran las tradiciones mexicanas, destacando el Día de Muertos, una festividad profundamente arraigada y celebrada en todo el país. Esta festividad, al igual que la cocina mexicana, ha sido reconocida por la UNESCO y simboliza el regreso a casa, al menos por una noche, de las almas de los seres queridos que han fallecido.

Se suele creer que las festividades de Día de Muertos se limitan al 1 y 2 de noviembre, cuando se recuerda a los niños y a los adultos que han partido físicamente. No obstante, en varios estados los preparativos no necesariamente comienzan esos días, sino antes, esto se debe a que en varias regiones acostumbra dedicar días específicos para recordar apersonas que fallecieron por diferentes causas.

Por ejemplo, en Michoacán los purépechas conmemoran el Animecha Kejtsïtakua, una noche en que los difuntos regresan del guaricho para convivir con sus seres vivos. Esta tradición no celebra la muerte, sino la vida pasada de quienes ya no están y “la otra vida” que continúa tras su partida física.

En Mérida tiene lugar el Hanal Pixán, que significa “comida de las ánimas”. Aquí también se recuerda a los seres queridos, pero además, se coloca un pequeño altar para aquellos que por algún motivo ya no son recordados. Para despedir a las almas se hacen rezos y se coloca comida como el mukbil pollo, que es una especie de tamal gigante, éste va atado para que los difuntos puedan llevarlo consigo.

En otros lugares, como parte de las festividades, se deja de utilizar la mesa principal de las casas para montar ahí la ofrenda, se coloca el mejor mantel y se preparan los platillos que más disfrutaban los difuntos.

Este año, Mux conmemorará por tercera ocasión la Noche de las Ánimas, una tradición que, como se ha visto, se celebra en varios estados del país de diferente forma. Lo que quiere decir que ésta, como otras tradiciones en México, es el reflejo de la riqueza cultural que define a cada región.

La Noche de las Ánimas preparada por la chef Diana es una forma más de celebrar esa tradición, es una reinterpretación de su autoría que nace del conjunto de tradiciones que enriquecen la identidad cultural de nuestro país.

Noche de las Ánimas en Mux, una celebración con sabor mexicano.